Como ya ocurrió en la pasada huelga general, Juventudes Socialistas de Torrejón vuelve a apoyar la convocatoria de los sindicatos mayoritarios del país para mostrar su absoluto rechazo al gobierno en las políticas económicas que ha llevado a cabo los últimos meses, y que se han demostrado del todo ineficaces. La petición de rescate a la Unión Europea es la prueba más fehaciente del daño que han hecho a la economía española estas políticas, lideradas por una reforma laboral que no ha conseguido frenar la sangría del desempleo. Es más, ha aumentado considerablemente la precariedad laboral, ha abaratado el coste del despido y ha abierto la puerta a los expedientes de regulación de empleo en el sector público.
Pero no solo se trata de denunciar una situación laboral desfavorecedora para los trabajadores, también es el momento de denunciar la destrucción incubierta del estado de bienestar, uno de los mayores logros que hemos conseguido entre todos desde la transición. Por ejemplo, privatizando hospitales, se consigue que la salud deje de ser un derecho para convertirse en un bien con el que empresas afines al gobierno puedan especular. Y que no decir de la educación, que ha sufrido los recortes más brutales desde la democracia, imponiendo así una sociedad de clases en la que sólo puedan estudiar los que sean capaces de permitírselo.
Nos encontramos ante uno de los momentos más cruciales de la historia reciente de España. Es la hora de decidir, sencillamente, si queremos una sociedad en la que unos pocos controlen las vidas del resto. Una sociedad en la que los poderes financieros gocen de total impunidad al desahuciar a los ciudadanos de sus propios hogares, y que sean rescatados con el dinero de todos. Una sociedad donde la competitividad se obtenga a base de reducir salarios y no en fomentar y apoyar a los investigadores. Una sociedad donde el estado te de la espalda si no puede costearse un tratamiento oncológico. Es la hora de decidir, si, pero también es la hora de transmitirle al gobierno alto y claro que no nos dejaremos engañar, que existe otra salida de la crisis y que lucharemos por lo que es justo. Un país en convivencia y en igualdad. Y para ello, saldremos a la calle el 14-M y secundaremos la huelga general.
Pero no solo se trata de denunciar una situación laboral desfavorecedora para los trabajadores, también es el momento de denunciar la destrucción incubierta del estado de bienestar, uno de los mayores logros que hemos conseguido entre todos desde la transición. Por ejemplo, privatizando hospitales, se consigue que la salud deje de ser un derecho para convertirse en un bien con el que empresas afines al gobierno puedan especular. Y que no decir de la educación, que ha sufrido los recortes más brutales desde la democracia, imponiendo así una sociedad de clases en la que sólo puedan estudiar los que sean capaces de permitírselo.
Nos encontramos ante uno de los momentos más cruciales de la historia reciente de España. Es la hora de decidir, sencillamente, si queremos una sociedad en la que unos pocos controlen las vidas del resto. Una sociedad en la que los poderes financieros gocen de total impunidad al desahuciar a los ciudadanos de sus propios hogares, y que sean rescatados con el dinero de todos. Una sociedad donde la competitividad se obtenga a base de reducir salarios y no en fomentar y apoyar a los investigadores. Una sociedad donde el estado te de la espalda si no puede costearse un tratamiento oncológico. Es la hora de decidir, si, pero también es la hora de transmitirle al gobierno alto y claro que no nos dejaremos engañar, que existe otra salida de la crisis y que lucharemos por lo que es justo. Un país en convivencia y en igualdad. Y para ello, saldremos a la calle el 14-M y secundaremos la huelga general.
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